Al despertar, recordé un sueño
Es una mañana tranquila y
suave. Apenas está apareciendo el sol detrás de las nubes rizadas como si
fueran pompas de merengue. Hoy se siente el aire fresco de marzo. Estiro los
brazos para desperezar mi cuerpo después de
tantas horas de sueño. Y de repente recuerdo lo que sucedió anoche:
soñé. Las imágenes se aparecen en mi mente con mucha claridad. Era un enorme
galpón lleno de bolsas llenas de cereal, creo. Y yo allí caminando hacía la
puerta entreabierta, que dejaba pasar la luz tenue del sol. Las piernas me
pesaban, no podía moverlas. Seguía en el mismo lugar pensando que estaba
caminando hacia afuera. De pronto se profundizó el silencio en ese enorme lugar
y apareció una pequeña mariposa blanca que revoloteó sobre mi cabeza. Era mi madre
que se acercaba a decirme algo. Siempre que aparecía una mariposa blanca, mi
madre decía que era el espíritu de un ser querido que nos quería decir algo,
así que para mí era eso y era mi madre, sin lugar a dudas. Revoloteo unos
instantes, que para mí fueron largos momentos, y luego desapareció en la luz.
Yo quedé atónita, perpleja pero en paz.
De pronto me di vuelta en la
cama, y desperté totalmente. Abrí los ojos, los cerré, los volví a abrir. Y supe
que estaba despierta inexorablemente. Los recuerdos del sueño, fueron
apareciendo como retazos desordenados y llevados por el viento. Me levanté y fui
al baño. Allí me miré al espejo. Tenía la cara marcada con la almohada en la
mejilla derecha. Ya no pude volver a acordarme como seguía ese sueño. Sólo la
mariposa revoloteando en la luz tenue de ese galpón lleno de bolsas de trigo. Si,
eran de trigo, tengo la certeza que el cereal era trigo. Un trigo dorado. Toda
la mañana anduve intentando recordar un poco más de ese sueño pero fue en vano.
Nada pude hacer. Fue sólo eso, un sueño.
Ahora pienso que mi madre
anduvo cerca de mí en estos días. Si la sentí así. Ya han pasado varios meses
de su partida, y aún la siento por aquí. Eso es lo que pienso y tal vez está acompañándome
en esta etapa de madurez en la que voy revisando la vida, y los recuerdos se
agolpan en la mente queriendo salir a bailar en palabras y en renglones
convertidos en textos, en cuentos en relatos. Si debe ser eso. Tengo que
escribir lo que mi madre dejó pendiente sobre su familia belga, sobre sus
recuerdos de viajes. Ahora lo veo claro. Ella quiere que escriba sus
narraciones en tantos viajes realizados y que no pudo hacerlo ella. Madre: así
lo haré.
Gracias por recordármelo en
este sueño especial.
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